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EL ARTE ES EL MEDIO

Juego y disciplina. La pedagogía a través del arte gana cada vez más espacios entre nosotros. La idea de fondo es utilizar la creatividad y el juego como herramientas para el desarrollo integral de la personalidad.
“Escribe la palabra paloma”, le dijeron a una niña como parte de las evaluaciones de ingreso en un colegio. La niña respondió con toda naturalidad que no sabía escribir pero que podía dibujarla, dibujar una paloma. Y así lo hizo. Mónica Mevius, coordinadora de Retama, Asociación para la Educación por el Arte, nos cuenta la historia para ejemplificar todo lo que nos puede brindar una formación preescolar de estas características. ¿De dónde sacó esa seguridad en sí misma la pequeña de la historia?, nos pregunta Mevius. ¿Cómo, bajo un contexto de presión, supo llevar el requerimiento a un territorio que le era familiar?

Educando por el arte:
En este sistema educativo el arte es un medio, un instrumento para observar al niño como el ser global que es. Mevius afirma que la educación por el arte suele ser muy efectiva y adecuada porque trabaja con muchos elementos a la vez: lo cognitivo, la ética, el afecto, lo social, el cuerpo y finalmente lo lúdico, que es lo más importante, es decir, el placer de vivir. “Una educación por el arte supone una visión mucho más amplia del desarrollo del niño; de sus procesos personales, de su historia. Evidentemente uno requiere una formación para esto. ¿Qué pasa, por ejemplo, si un niño dibuja y uno no sabe “leer” esa sintaxis visual?”.
Lilia Romero, directora de Arte para Crecer —una asociación cultural que trabaja para brindar un desarrollo integral a partir del arte y el juego— dice que no es gratuito que en muchos idiomas la palabra jugar y la palabra tocar (música) sean sinónimos. “Muchas veces llegan padres diciéndonos que sus hijos odian el violín o el piano que les enseñan en el colegio. Y es lógico: vienen de una educación instrumental, rígida, seca, formal. En principio, por ejemplo, nadie odia la música: se trata simplemente de ayudar a los chicos a que descubran cuáles son sus intereses. Y una vez que lo hacen todo pasa por el placer, y el aprendizaje se vuelve mucho más sencillo y provechoso”.
Jugar con los sonidos, jugar con la música. Ese parece ser uno de los lemas de Arte para Crecer. Pero ojo: todo juego tiene también una disciplina, por lo menos si uno quiere ser bueno en ese juego. Solo que no se trata de una disciplina que viene de una imposición vertical: es una disciplina vinculada al placer, al deseo de dominar el juego.
Evidentemente, en Arte para Crecer no solo se trata de aprender a través de la música. También hay talleres de pintura, de teatro, de juego circense. “La idea en esta pedagogía es que el chico se involucre en su propio aprendizaje y se sienta bien porque logra ser mejor gracias a su propio esfuerzo”, explica Romero. Al final, lo que brinda el arte es precisamente la posibilidad de encontrar valor pedagógico a cosas que en apariencia no lo tienen. Se puede hacer percusión con un vaso de plástico, o un dibujo con arena y un palo. “No se necesita nada para hacer mimo, por ejemplo. Solo el cuerpo. Y el mimo puede ser una gran herramienta pedagógica”.
 

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